Tom Cotter, ciudadano norteamericano, comerciante y padre de familia, decidió retirarse y empezar una nueva vida en Portugal, lugar que le encantó y fijó como su destino de residencia. Después de un tiempo, adquirió una vieja granja con un almacén abandonado, sin imaginar que aquello le cambiaría la vida por completo.

Dentro del almacén se encontraba una de las colecciones de autos clásicos y raros más grandes del mundo. El antiguo dueño se vio obligado a vender esta propiedad con todo lo que estaba dentro, llegando finalmente a manos de Tom y asegurándole bienestar a él y a sus descendientes por varias generaciones.

Los autos hallados dentro del almacén valen millones de dólares. Aston Martins, varios Mercedes Benz y Lotus, un Ford Cortina MK2 y varios Alfa Romeo. Los hijos y nietos vendieron estos autos en sumas altísimas, convirtiéndose así en millonarios.



