Huaral vive días de conmoción y horror tras conocerse la confesión de Luis Florencio Ordinola Sotomayor (28), quien admitió haber asesinado a su pareja, María Dominga Pérez (39), y a los dos hijos de ella, de 4 y 7 años. El caso, que mantuvo en vilo a toda la provincia, dio un giro estremecedor al revelarse los detalles de cómo el agresor continuó con su vida diaria en la misma casa donde ocultó los cuerpos.
El macabro hallazgo ocurrió el domingo 9 de noviembre, cuando la Policía Nacional del Perú descubrió los restos enterrados a 1.80 metros de profundidad en el patio posterior de la vivienda. Según las primeras investigaciones, Ordinola habría drogado a sus víctimas con un somnífero antes de acabar con sus vidas, en lo que la PNP califica como un crimen premeditado.
Las escenas descritas por los peritos resultan estremecedoras: los cuerpos fueron envueltos en plástico, cubiertos con piedras y finalmente sepultados. Para borrar todo rastro, el asesino habría construido un baño justo encima del lugar donde descansaban los cadáveres, con el fin de seguir viviendo allí como si nada hubiera ocurrido.
El caso ha generado una ola de indignación y repudio en Huaral, donde vecinos y familiares exigen la máxima pena. Las autoridades informaron que Luis Florencio Ordinola Sotomayor enfrenta cargos por homicidio calificado y podría recibir cadena perpetua.



