● La falta de acción ante la emergencia podría incrementar la vulnerabilidad de las personas, considerando que en la región existe un nivel de pobreza mayor al promedio nacional.
● Piura es la región que concentra la mayor cantidad de población (369,207 personas) expuestas a riesgo muy alto por inundación.
Aunque la magnitud del Fenómeno El Niño (FEN) tiene una mayor probabilidad de ser moderada, aún se mantiene el estado de alerta para el mismo. Sin embargo, al término del año 2023, en la región Piura se dejaron de ejecutar más de S/100 millones para atender la emergencia por el fenómeno, según lo registrado en el portal Consulta Amigable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
En más detalles, si se realiza la evaluación por niveles, el gobierno nacional fue el que más dejó de ejecutar con alrededor de 60 millones de soles. Le siguen el gobierno local (48 millones de soles) y el gobierno regional (13 millones de soles). Vale recordar que, a fin de atender la emergencia por el FEN, se destinaron más de 4,000 millones de soles en todo el Perú y, solo después de Lima, la región Piura es la que contaba con el mayor presupuesto para este propósito, con 557 millones de soles.
“Hay una importante cantidad de dinero que se quedó sin ejecución, por lo que esta situación es preocupante. Según lo señalado por el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) Piura concentra la mayor cantidad de población (369,207 personas) expuestas a riesgo muy alto por inundación. Así también, en la región se han identificado a más de 200,000 personas expuestas a riesgo muy alto a movimientos en masa como huaycos y deslizamientos”, puntualizó Germán Vega, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Ejecución al detalle
Si se observan los números por sectores, Vivienda y Desarrollo Urbano presenta el menor avance en el 2023, con un 51,7%: es decir, se dejaron de invertir más de S/20 millones. Le siguen Transporte y Orden público y seguridad.
En el caso de Transportes, por ejemplo, hubo presupuesto asignado en el año pasado para obras como la Rehabilitación de Puente Jilili y accesos (en el distrito de Jililí en la provincia de Ayabaca) cuyo porcentaje de ejecución fue solo del 37%. Como se recuerda, esta infraestructura había sido afectada durante el 2017 por efectos del FEN y según se había previsto, iba a beneficiar a casi 12,000 ciudadanos.
“El impacto que dejó el fenómeno en años previos aún es perceptible en las localidades de nuestra región. Obras como esta aún registran poco avance considerando la proximidad del riesgo y teniendo en cuenta, además, la población que podría ser nuevamente afectada”, subrayó el economista de REDES.
En esa línea, Vega identificó otro factor que también se debe considerar a la hora de observar las posibles amenazas que representa el FEN: la pérdida de los puestos de empleo. Al respecto, señaló que el número de personas que cuenta con trabajo ha presentado caídas en los últimos periodos. Por ejemplo, en la ciudad de Piura, más de 5,500 personas estaban desempleadas en el último trimestre del 2023, según la última Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN).
“Las pérdidas que se pueden registrar en la economía local repercuten en el dinamismo de la actividad al afectar –por ejemplo– la creación de más puestos de trabajo, los ingresos de las personas y repercutir en la mejora de su calidad de vida. Este dato es importante si consideramos que, al 2022, existe un 30.4% de personas en situación de pobreza en nuestra región, una cifra que se ubica por encima del promedio nacional (27.5%)”, expresó Vega.
Impacto del FEN en años previos
El experto recordó que la región Piura ya enfrentó anteriormente los efectos del Fenómeno El Niño. En 1983, según información del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), se registraron pérdidas del 6.2% de su Producto Bruto Interno (PBI); mientras que, en 1998, las pérdidas fueron de 3% del PBI. En fechas más recientes –el 2017– el PBI de la región cayó -3.6% durante los tres primeros meses del año. Además de ello, la afectación alcanza a otros sectores como el agropecuario, educativo, comercio y la salud.
“En búsqueda de la recuperación que se prevé para nuestra economía, la falta de ejecución de presupuestos para atender riesgos como el FEN puede retrasar nuestro objetivo al ser perjudicial para el desarrollo de las actividades económicas. Urge, además, que nuestras autoridades no solo destinen estos montos, sino también, que evalúen su impacto en la población que se prevé atender”, concluyó Vega.