El genio en robótica Hiroshi Ishiguro incorporó en el museo de Tokio sus últimas creaciones, tres androides, dos con una semejanza tremenda con los humanos y uno un poco alejado a ella, con una naturalidad en el momento de hablar, leer y en la gestualidad, esto nos hace pensar que las novelas como “un mundo feliz” de Aldous Huxley y la película el “Hombre bicentenario” protagonizada por Robin Williams, nos hace pensar que la ciencia ficción se acerca cada vez más a la realidad.
Si bien los tres androides fueron una maravilla en las presentaciones, fueron Komonoroid y Otanaroid quienes llamaron más su atención por su similitud a los seres humanos y Telenoid, un muñeco básico sin pelos, manos, que se puede expresar y apretar es el que complementa estás tres maravilla de la robótica.
El funcionamiento de estos robos se deben gracias al funcionamiento de servomotores y aire comprimido, esto les permite realizar movimientos semejantes a los del ser humano con una sutilidad increíble, mucho más que otros robots creados. Sus puntos fuertes son la claridad de leer oraciones complejas, que son introducidos en formato de textos en su sistema, así mismo tienen la capacidad poder pronunciar trabalenguas complejas con mucha facilidad.
«En el futuro habrá cada vez más robots en nuestras vidas. Mis androides, por ejemplo, pueden transportarse en aviones: el torso en una valija y la cabeza en la mano», dijo Ishiguro.
El androide Kodomoroid se asemeja a un niño y su principal función es leer las noticias, Otonaroid tiene la apariencia de una mujer joven y es un “robot científico”, por lo que interactuar con ella es posible. Finalmente, Telenoid fue desarrollado para desarrollar características mínimas de comunicación humana. Son operados a distancia y los visitantes pueden interactuar con ellos.
«Los avances técnicos permiten a los robots parecer y actuar como humanos, y eso nos hace pensar en lo que valemos», concluyó.
Tony Rengifo