Este tipo de fenómenos climáticos se están repitiendo en diferentes regiones del mundo, algunos países ya enfrentan bastante tiempo condiciones extremas totalmente opuestas, China y Estados Unidos por ejemplo sufren olas de calor, sequías severas y al mismo tiempo, experimentan lluvias e inundaciones en otras regiones de su territorio.
Torrenciales lluvias que arrasan vehículos y árboles, inundan calles y viviendas y ya generaron docenas de fallecidos en varias partes del mundo, se contraponen con el calor y la sequía que se padece a solo kilómetros, en dónde incluso, se viene racionando el uso de agua que empieza a escasear.
Los fenómenos meteorológicos que se viven en simultáneos países de gran extensión como Estados Unidos, este lunes 4 millones de personas en la ciudad de Dallas, fueron sorprendidas por torrenciales lluvias y hasta 25,4 c.m. las más fuertes precipitaciones registradas en los últimos 100 años.
Mientras esto ocurre en el estado de Texas, a unos kilómetros en California, los ciudadanos deben limitar su consumo de agua debido a la sequía que enfrenta el estado, más de 2,000 residentes de exclusivos barrios entre ellos, la famosa Kim Kardashian deben pagar multa por sobrepasar los límites en el llenado de sus gigantes piscinas, y riego de grandes jardines.
Esta misma condición climatológica, ha provocado que el más grande río de China disminuya su caudal a la mitad, se trata de Yangtsé, uno de los más importantes para el comercio del país asiático, que ha visto perjudicado el traslado de mercancías y el correcto funcionamiento de las centrales eléctricas de la zona, afectando aún más a los residentes qué deben soportar temperaturas superiores a 40 grados centígrados sin aire acondicionado.
Mientras estos ciudadanos claman por agua fresca en la provincia septentrional de Qinghai, al menos 16 personas fallecieron y otras 36 permanecen desaparecidas por las intensas lluvias.
La situación se registró en territorios europeos como Francia y medio de la ola de calor y sequías del verano boreal, intensas lluvias convirtieron las calles de París en caudalosos ríos, síntomas del recrudecimiento del cambio climático que urge de medidas para mitigar sus impactos.
