Las sequías que castigan a gran parte del mundo han permitido hacer hallazgos, verdaderamente sorprendentes, la desaparición de algunos ríos, reveló desde impresionante huellas de dinosaurios hasta ciudades ocultas y piedras con inscripciones de hace cientos de años.
Cadáveres, bombas y embarcaciones de la Segunda Guerra Mundial, ciudades ocultas y hasta piedras del hambre, con advertencias de nuestros antepasados.
Son los nuevos hallazgos que dejan las más grave sequías de los últimos 500 años, que se vive en Europa, Asia y parte de América. Se encontraron huellas gigantescas con una antigüedad de 113 millones de años, quedaron expuestas en un río en Texas en Estados Unidos, luego de que este se secara en medio de sequías; las grandes marcas corresponden a un acrocanthosaurus, típico dinosaurio de tres dedos, como una altura de unos 4,5 m. y 7 toneladas de peso. Los 30 metros en los que se estima, habrían 140 huellas de este dinosaurio, el sito ha sido bautizado desde ahora como el «camino del llanero solitario».
En el lecho de ríos europeos se encontraron rocas con intrigantes mensajes o llamadas «piedras del hambre», porque relatan la miseria y catástrofe que sufrieron nuestros antepasados. Las adversidades que se narran en estas piedras y vinculan a contextos de grandes sequías, por ejemplo, alguna de las ahora descubiertas datan de 1616, y tienen el siguiente mensaje: «Si me ves llorar, la vida volverá a florecer cuando está piedra desaparezca».
Y es que históricamente las grandes sequías desencadenan hambrunas, la falta de lluvia, echa a perder cultivos y debido al descenso de agua en ríos se cortan, las vías fluviales por donde se importan alimentos y otros insumos.
Por otro lado una ciudad escondida en Irak, ha sido desvelada tras los estragos de la sequía en el embalse de Mosul, se trataría de una ciudad de 3,400 años de antigüedad de Zakhiku, ubicado en el Tigris, durante el imperio de mitanni. Del mismo modo se descubrió una isla sumergida en el río Yangtsé en China, allí quedaron al descubierto tres estatuas budistas, que se creen fueron construidas durante las dinastías Ming y Qing hace 600 años.
También se han encontrado en otras partes del mundo, restos de cadáveres quedarían pistas de antiguos crímenes sin resolver, siniestros hallazgos expuestos en medio de un alarmante cambio climático.