En Cajamarca, una madre de familia cansada de los maltratos que recibía por parte de su joven hijo, quien la amenazaba y la insultaba, acudió a la PNP para poner la denuncia respectiva, sin embargo, al no recibir atención por parte de la autoridad, decidió denunciarlo ante la ronda urbana.

El joven infractor fue intervenido por la ronda, en donde aceptó haber amenazad0 a su madre para exigirle dinero. Pese a mostrar arrepentimiento, fue sometido a la justicia popular.

“A los padres se les respeta, porque son quienes más luchan por nosotros. Si no hay castigo en casa, lo habrá en la ronda”, con estas palabras los integrantes de la ronda campesina advirtieron a todos los jóvenes que actúen mal o se muestren irrespetuosos con alguno de sus progenitores, serán sometidos al castigo ronderil.

Las imágenes publicadas en redes sociales han generado opiniones divididas, este caso ha puesto nuevamente sobre la mesa el rol firme que cumplen las rondas campesinas en la defensa de la dignidad, el orden social y los valores tradicionales, especialmente en zonas donde las autoridades formales no siempre actúan a tiempo.