Tan compleja como una partida de Ajedrez entre el famoso Kaspárov y Krámnik es la estrategia de las organizaciones grandes.
Es como si la alta gerencia viviera en una burbuja de universo diferente a la que viven los mortales que realizan el trabajo final por una escasa paga con la esperanza de algún día subir un escalón en la sociedad.
Observando y trabajando como coach en Latinoamérica y Estados Unidos me he dado cuenta de que es un problema muy común que la alta dirección no entiende la operación, no comprende qué significa cuando piden algo que para ellos quizá «lo imaginan fácil»
Lo peor es que en ocasiones no solo no comprenden, sino que el problema es de actitud porque «Tampoco quieren entender». Frases como: «No me interesan los detalles operativos… porque yo soy un ejecutivo» o «A mí me pagan por tomar las decisiones importantes» lo que demuestran es una profunda ignorancia.
En el momento en dónde la alta gerencia pierde el interés por la operación es cuando se crean dos universos en las empresas:
– La historia real
– Y la historia que le contamos al jefe
Es muy triste porque este tipo de desconexión solamente daña a la empresa, ya que las áreas ejecutivas, estratégicas, gerenciales o como les queramos llamar, necesitan la información inmediata y oportuna para tomar las mejores decisiones y apoyar a la operación. Por otro lado, las áreas operativas, técnicas, de producción y demás nombres necesita de la alta gerencia para trabajar alineadas con los objetivos y lograr mejores resultados.
Por último, sin importar sí usted es un gran gerente o un operario técnico, sigues compartiendo el mismo oxígeno con esas personas, en el mismo espacio, tiempo y mundo. Las realidades son distintas cuando no escuchamos, ya que no existe forma de entender que tiene la otra persona en la cabeza o cuál es su visión del mundo o de la compañía, ¿qué le preocupa? ¿Por qué reacciona de cierto modo? Las organizaciones van a seguir chocando internamente en conflictos sin sentido hasta que en ambos universos aprendamos a escuchar.
